La polución es uno de los mayores retos climáticos de nuestros tiempos. Cada año, millones de personas son afectadas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la contaminación del aire. Para crear conciencia sobre este problema crítico, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul. Este día se dedica a destacar la necesidad urgente de mejorar la calidad del aire para proteger tanto la salud humana como los ecosistemas. Las cifras son alarmantes: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99% de la población mundial respira aire que excede los límites de calidad recomendados, lo que contribuye cerca de 6,7 millones de muertes prematuras cada año.
Aunque el progreso tecnológico y la globalización han jugado un papel importante en el incremento de la contaminación atmosférica durante las últimas décadas, también guardan la llave para controlar los niveles de polución y sentar las bases para un aire más limpio y un cielo más azul, especialmente en las ciudades; esa llave se llama Internet de las Cosas (IoT).
IoT y su contribución a la salud climática
El IoT, o Internet de las Cosas, conecta dispositivos y sistemas a través de redes inteligentes, permitiendo la recolección, transmisión y análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real. Esta tecnología no solo nos proporciona un mundo más eficiente y basado en datos, sino que también impulsa la salud climática a través de varias aplicaciones innovadoras:
- Control de calidad del aire. El primer caso de uso, y el más evidente, es la monitorización de la calidad del aire en tiempo real. Sensores distribuidos en diferentes puntos de una ciudad pueden medir contaminantes como el ozono troposférico, el dióxido de nitrógeno o el dióxido de azufre. Por ejemplo, la Agencia de Medioambiente de Reino Unido está desplegando una solución en miles de ubicaciones del país orientada a la recopilación de datos atmosféricos y el control de la salud del ecosistema.
- EV Charging (Cargadores para vehículos eléctricos). La infraestructura eléctrica no solo permite fomentar el uso de vehículos eléctricos personales, sino también activar la electrificación del transporte público. Con la ayuda del IoT, los sistemas de carga para vehículos eléctricos (EV) pueden gestionarse de manera más eficiente, optimizando la distribución de la energía según la demanda y la disponibilidad de fuentes renovables. Además, el IoT facilita la planificación de rutas para vehículos eléctricos, asegurando que siempre haya una estación de carga cercana.
- Telemetría de instalaciones fotovoltaicas y eólicas. El desarrollo de la energía verde es fundamental para combatir la contaminación del aire, y el IoT juega un papel crucial en su optimización. A través de sensores conectados, las plantas fotovoltaicas y eólicas pueden monitorizarse en tiempo real para detectar fallas, optimizar la generación de energía y reducir los tiempos de inactividad. Esto no solo aumenta la eficiencia de estas instalaciones, sino que también minimiza la dependencia de fuentes de energía contaminantes.
- Control de la eficiencia energética. Los sistemas de gestión de energía basados en IoT, como OTEA de EcoMT, permiten monitorizar y optimizar el uso de energía en tiempo real, identificando áreas de desperdicio y oportunidades para mejorar la eficiencia. Sensores inteligentes instalados en sistemas de iluminación, calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), así como en equipos industriales, pueden ajustar automáticamente su funcionamiento para minimizar el consumo energético sin comprometer la productividad.
- Gestión de flotas. Gracias al IoT, las empresas pueden optimizar las rutas de sus flotas para eliminar kilómetros innecesarios, controlar parámetros de conducción para fomentar una conducción más eficiente, y monitorizar el estado de los vehículos para un mantenimiento predictivo. Estos avances reducen significativamente las emisiones de gases contaminantes. Por ejemplo, plataformas de gestión de flotas basadas en GPS como Wemob permiten a empresas de mensajería o transporte reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO₂ (además del ahorro económico).
Conectividad global para frenar una amenaza global
Todas estas aplicaciones tienen algo en común: la necesidad de una capa de conectividad segura y resiliente para asegurar su funcionamiento en cualquier ubicación y circunstancia. Si, además, consideramos el alcance del reto climático, debemos llegar a la conclusión de que la contaminación atmosférica no entiende de fronteras.
Ante un desafío de escala global, es necesario contar con soluciones de conectividad global que permitan a las distintas aplicaciones mencionadas trabajar con garantías allí donde sean necesarias; en ese sentido, podemos mirar a la tecnología eUICC y a las capacidades multi-IMSI y Aprovisionamiento Remoto (RSP) que permiten a los dispositivos una flexibilidad sin precedentes a la hora de conectarse a redes celulares. Solo a través de estas innovaciones, fundamentales en el desarrollo del IoT, podremos enfrentar de manera efectiva este desafío y asegurar un futuro más saludable para nuestro planeta.
Si desea explorar las soluciones de Wireless Logic para resolver los problemas de cobertura IoT en el mundo, haga clic aquí.